12.9.25

ANTI-BOOMERS

 

Lo confieso, soy un boomer español, de los que nacieron en España entre los años `50 y `60 tras la Guerra civil y la inmediata Guerra mundial. Comencé a trabajar a los 13 años y a cotizar en la Seguridad Social a los 15, pues por entonces la edad para trabajar estaba establecida a los 14 años. Entre tanto tuve varios oficios: aprendiz de fotógrafo (sin cobrar), luego “sacador de fuego” en una platería -cobrando pero no cotizando- y tras ello en una gestoría en idénticas condiciones, con la salvedad de que el jefe nos invitaba a una cerveza y un bocata de calamares los sábados a mediodía al terminar la jornada laboral. Tuve la suerte de que en aquella gestoría un día llegó un joven graduado social (Andrés López) amigo de la casa, quien buscaba un “botones” para su recién creado bufete; imprescindible que dominase la mecanografía. Me recomendaron en la gestoría y allí mismo me hizo una prueba con la máquina de escribir. Hay que señalar que previamente mis padres me habían pagado un curso de mecanografía en una academia privada cordobesa. En fin, le gustó la prueba y me contrató en el acto. Así que al lunes siguiente, con 14 años, comencé a trabajar en esa asesoría laboral en la que permanecería durante diez años. Como esto ocurrió en verano hube de interrumpir mis estudios de bachillerato que no podría retomar hasta los 15 años cuando tuve acceso al Bachillerato nocturno.

Estos estudios nocturnos (desde las 20 a 23 horas, sábados incluidos) los coroné años después terminando 6º y Reválida y luego el COU y la subsiguiente Selectividad, lo que me permitió acceder a la Universidad en 1979 en el turno de tarde, pues seguía trabajando en la oficina en régimen de jornada intensiva, cosa que conseguimos por la lucha de mis compañeros de trabajo y yo. Entre medias sufrí el servicio militar (obligatorio): un mínimo de 15 meses en la flor de la vida, cobrando 250 pesetas al mes para tener lustrosas las botas y los correajes militares, puesto que de la ropa y alimentación se ocupaba el Ejército, o sea, el Estado.

En fin, en 1984 terminé de cursar mis estudios universitarios (Geografía e Historia) lo que me abrió la puerta a nuevas posibilidades laborales que, con el tiempo, se convertirían en mi profesión como docente de Bachillerato.  En 1981, luego de dos años de terminar el Sevicio militar y reincorporarme a la empresa, fui despedido e indemnizado por un ajuste de personal. Con la indemnización, y junto a otros amigos en mi misma situación, decidimos crear una librería en régimen de cooperativa -cosa que hicimos- aunque aquello no fue bien. Hay que recordar que en 1982 hubo una minicrisis económica en España. Y también que las librerías en Córdoba no eran ni, lamentablemente, siguen siendo un buen negocio. En resumen, nos convertimos en lo que hoy llaman “emprendedores”, finalmente fracasados pero arriesgando y dejándonos la piel en el intento de sacar adelante el negocio y nuestro sustento. En 1985 parece que empezó a reactivarse el mercado de trabajo y logré un puesto temporal como administrativo en un organismo oficial de la Junta de Andalucía, primero en Cabra y luego en Rute; hasta que en el año siguiente conseguí un contrato de un año como historiador-arqueólogo en Medina Azahara, dentro de un programa andaluz llamado PAEMBA cuyo objetivo era dar trabajo a jóvenes titulados o licenciados. Mi contrato duraba un año, pero el director de ese yacimiento, contento del trabajo de algunos jóvenes que allí estábamos, nos prorrogó el contrato un año más, aunque las condiciones habían cambiado: ya no éramos personal laboral de la Junta, sino que nos tuvimos que dar de alta en Hacienda con una licencia fiscal como autónomos, con lo cual ya no percibíamos una nómina, sino unos honorarios como autónomos por “obras y servicios” , a pesar de que teníamos que acudir al “centro de trabajo”  en el mismo horario que la vez anterior.  Además los “autónomos” no teníamos derecho al cobro del desempleo.

Por suerte para mí, cercano a finalizar este 2º contrato que no se sabía si nos renovarían, aprobé las oposiciones de profesor de Bachillerato y mi vida se estabilizó, aunque hube de cambiar de domicilio al albur de los destinos laborales, siempre cargando con los gastos de transporte y, en su caso, de alojamiento. De modo que estuve dos años en La Carlota, otros dos en Constantina, y diecisiete en Montoro, hasta obtener destino en mi Córdoba natal, y mi domicilio familiar, en 2009. Y allí permanecí hasta mi jubilación. Atrás quedaron cientos de horas de cursos, cursillos, cursetes, congresos y simposios muchos de ellos de pago, además del tiempo empleado a costa de horas libres en el plano personal y familiar.

En resumen, 43 años cotizados, 30 de los cuales lo fueron en la docencia.

Y ahora vienen con el cuento de que nosotros, los boomers, estamos arruinando el futuro de los jóvenes por nuestras pensiones. Además de una mentira me parece una ofensa a quienes -como yo- hemos sido una generación “sandwich”, pues de jóvenes entregábamos el salario a nuestros padres y después a mantener a nuestros hijos desamparados.

Nosotros aportábamos a la caja de las futuras pensiones (nuestras). Otra cosa es que los distintos gobiernos “democráticos” hayan esquilmado esa hucha para otros menesteres, como rescates a los bancos, putiferios y otras corruptelas o MENAs, quienes supuestamente venían a pagar nuestras pensiones, por otra parte sobradamente pagadas con nuestras cotizaciones al sistema de la Seguridad Social. Otrosí pregunto ¿Quién ha pagado la sanidad, los estudios gratuitos de los millenials, libros de texto incluidos o becas incluso para los que suspenden asignaturas?

Recuerdo que la primera vez que viajé al extranjero (Francia) fue a costa de mi propio pecunio y en tienda de campaña. Mientras que en los dos últimos decenios los jóvenes han gozado de programas como el “Erasmus” (jocosamente llamado “Orgasmus”) que les han permitido estar un año o curso escolar a gastos pagados en algún país extranjero; por poner solo un ejemplo. Han sido los partidos políticos los que han conducido a esta penosa coyuntura por su mala, pésima gestión, quienes nos han conducido a la actual situación y han vuelto a recurrir al “divide y vencerás” tratando de enfrentar generaciones y así sustraerse a su responsabilidad, lanzando como cortina de humo este impostado, falso, choque generacional.

Es de deplorar la actitud de algunos economistas que insisten en esa idea de que los pensionistas somos el problema, cuando tanto hemos contribuido al levantamiento y progreso de este país durante más de cuarenta años. Y es que el verdadero problema estriba en nuestro sistema político podrido; con 18 parlamentos en los que sus miembros se aseguran pensiones altísimas con solo permanecer 8 años en el cargo, un cargo nada democrático por cuanto las listas electorales son cerradas, es decir, es el partido político quién designa a los privilegiados que compondrán esas listas. Democracia cero.

27.8.25

LIBROS DE VIAJES (Comparativa)

 


Son dos los libros de viajes por España que he leído últimamente: el de Münzer (siglo XV) que reseñé en mi anterior entrada en el blog que mantengo. Y ahora he terminado de leer el del italiano Edmundo de Amicis, titulado España. Viaje durante el reinado de Don Amadeo I de Saboya, (siglo XIX). Me lo prestó un amigo pero acabé comprando una edición digital (pésima, por cierto) por aquello de que me gusta mucho subrayar y anotar y no quería mancillar el ejemplar en papel, y además por que en la edición digital puedo recuperar mis subrayados y anotaciones con un clic e incluso imprimirlos.

El viaje de Münzer incluyó Portugal, el del italiano casi cuatro siglos después (1872) y solo las ciudades que le interesaban, entre las que por su extensión sobresale el capítulo dedicado a Madrid.

Del primero sabemos la fecha exacta de su llegada a nuestro país, del segundo solo que llegó un día lluvioso de febrero (esto me recuerda al comienzo del libro de R. Musil  El hombre sin atributos). Con la partida ocurre lo mismo, De Amicis, por un hecho que relata (la sustitución de Sagasta por Zorrilla) se ha de suponer que marchó en junio.

Ambos entraron por el mismo sitio, el Rosellón, pero salieron por sitios distintos: Roncesvalles el alemán, Valencia (en barco) el italiano. Ambos estuvieron en la Península más o menos el mismo tiempo, cinco meses, si bien uno iba a caballo y el otro utilizaba el ferrocarril, lo que le permitió estar más tiempo en las ciudades visitadas. Una vez aquí el itinerario seguido fue similar hasta Andalucía (Sevilla) en donde Münzer tomó rumbo a Lisboa, pasando por Oporto y retornando a nuestro país por Tuy, para después llegar a Santiago de Compostela. De Amicis se dirigió al centro de España.

Ambos visitaron las siguientes ciudades:

-Barcelona

-Valencia

-Granada

-Málaga

-Sevilla

-Toledo

-Madrid

-Zaragoza

 

Münzer además, estuvo en los siguientes lugares y ciudades:

-Monasterio de Montserrat

-Almería

-Lisboa

-Santiago de Compostela

-Zamora

-Salamanca

-Monasterio de Guadalupe

-Guadalajara

-Pamplona

 

Por contra, De Amicis estuvo en varios sitios no visitados por el alemán:

-Burgos

-Valladolid

-Aranjuez

-Córdoba

-Cádiz

Dos viajeros, dos épocas muy distintas con motivaciones igualmente diversas: Münzer por gusto y que era un rico negociante, es una época de estabilidad con los Reyes Católicos a los que admiraba. De Amicis por trabajo como corresponsal del periódico La Nazione  con el objetivo de publicar sus crónicas sobre España precisamente cuando reinaba un italiano en una época convulsa (el Sexenio Revolucionario).

Jerónimo, más escueto pero también más “científico” aunque más religioso. Edmundo, un romántico, más antropológico, aunque ambos hablan con admiración de España.

Dos escritores, dos puntos de vista, dos estilos desiguales, pero ambos fructíferos para conocer mejor la historia de España.

  

 


11.8.25

VIAJE POR ESPAÑA Y PORTUGAL (1494-1495) de J. Münzer

 


Libro facsímil de la editorial Maxtor. Su autor Jerónimo Münzer fue un acaudalado alemán que viajó por la península ibérica a fines del siglo XV (1494-1495). Recorrió aproximadamente 3000 kilómetros por la “piel de toro” durante 146 días, casi medio año. Consiguió cartas de recomendación de nobles que le abrieron las puertas incluso del rey de Juan II de Portugal y los Reyes Católicos, a los cuales también admiraba por la pacificación de sus reinos y la unificación política y religiosa tras la conquista del reino nazarí de Granada y la expulsión de los judíos en 1492, año que coincidió con el descubrimiento de América, al que no prestó mucha atención mientras sí lo hizo sobre los avances portugueses en su circunnavegación de África hasta llegar a Extremo Oriente.

Católico acérrimo, se detuvo varios días en los lugares que más le interesaban, como los monasterios de Poblet, Guadalupe o S. Juan de los Reyes en Toledo o las catedrales que visitó, de las que hizo un recuento de sus racioneros y otros cargos eclesiásticos bien nutridos.

Su itinerario comenzó en el Rosellón para luego, paralelo a la costa levantina española, viajar hacia el sur (Valencia, Almería y Granada) y desde esta última ciudad encaminarse a Sevilla. Tras su estancia de Hispalis partió hacia Portugal, recalando en Lisboa y Oporto para luego volver a España (Galicia) por Tuy y visitar Padrón (Iria Flavia) y por supuesto Santiago de Compostela, a la que en su libro llama “Compostela de Santiago”. De allí partió hacia el sur recorriendo el reino de León -Benavente, León y Zamora- ciudad esta última que confundió con la antigua Numancia; y es que, como no hablaba castellano, debió confundirse, al igual que más adelante confundió Medinaceli con la romana Bilbilis (cerca de Calatayud) ya en el reino de Aragón (“nadie es perfecto”, como se dice en la película de B. Wilder).

Visitó Toledo y también Madrid (Maiorit o Magerit en árabe, ahora que se sigue poniendo en cuestión el legado andalusí) tras lo cual emprendió el viaje de regreso hacia el norte y la frontera con Francia a través de Roncesvalles

Sus notas sobre paisajes, cultivos y otros aprovechamientos además de la antropología cultural resultan muy interesantes para el conocimiento de la incipiente España en aquella época de cambios.  

Libro pequeño (134 pp.) pero matón. Contiene índice geográfico y onomástico.

 

P.D.:  Para las distancias recorridas hemos recurrido a lo que cita el DRAE, de modo que una legua castellana equivale, más o menos, a 5’5 km., o sea, la distancia que puede recorrer una persona en una hora, aunque el autor iba a caballo. 

 

                         

Croquis del recorrido de Münzer por la península ibérica entrando por Perpiñán.

 


 



12.5.25

50 MEDITERRÁNEOS



Sorpresivamente, solo con cuatro días de antelación, recibí la noticia de que mi último y segundo libro podía ser presentando el sábado 26 de abril en el Centro Sociocultural “Luciana Centeno”, dentro de una jornada dedicada al Día del Libro y a los 160 años de la publicación de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Caroll

El evento entreveraba música en directo, presentaciones de libros, stands de librerías y editoriales cordobesas. La música, que amenizó la jornada, corrió a cargo de jóvenes alumnos del Conservatorio “Músico Ziryab”, quienes para nuestra alegría interpretaron piezas desde clásicas a modernas incluida la guitarra flamenca. Y así, bajo la agradecida sombra de los frondosos árboles del patio de este antiguo centro escolar, transcurrió la agradable jornada que sería coronada por un perol y prolongada hasta las 18 horas. El perol se retrasó más allá de las 14 horas en que estaba previsto, así que, cercanas las 3 de la tarde y sin oler  todavía el arroz, decidí marcharme a casa e improvisar una comida dado que los amigos que me arroparon (Juan Salvador, J. Cano, Eladio, M. Morales, Alberto R., Mª Jesús Monedero, Inma y Pepe Reyes, M. Carmen Cívico y finalmente Jesús) se fueron yendo dado el retraso en el horario previsto.

Como algunas personas  que no pudieron asistir me han preguntado dónde pueden adquirir el libro, ahí va la lista de establecimientos cordobeses donde pueden hacerlo:

LIBRERÍA LA LUNA, C/ Santa Victoria, 4.

LIBRERÍA MI COLEGIO, Ronda de los Tejares, 8.

LIBRERÍA LUQUE, c/ Fray Luis de Granada, 11  (hacen envíos postales).

BARBERÍA FERNANDO, c/ Mayor de Santa Marina, 8.

OSTIN MACHO, c/ Duque de Fernán Núñez, 1.

 

Vídeo de la presentación (4 minutos)



21.3.25

GR-7 (14 a 16 marzo 2025)

 

Estaban previstas las 19ª y 20ª etapas de este sendero que transcurrirían por las provincias de Málaga y Granada (Sendero andaluz).

Como en ocasiones anteriores nuestro epicentro fue el Hotel El Capricho en Villanueva del Trabuco. Igualmente, una avanzadilla decidió marchar antes para comer en El Caserío de San Benito para luego luego dormir plácidamente la siesta y esperar la llegada del grueso de los demás expedicionarios, que lo harían bien entrada la tarde.

 

 1ª JORNADA

A las 20:30 horas tuvimos reunión informativa a cargo del coordinador, Manolo Morales y de los dos guías de la empresa Los Pindongos (Jesús y Guillermo) que nos acompañarían en las dos jornadas siguientes, a las que también acudieron dos alumnos en prácticas del Ciclo Formativo de Deporte y Monitores de Tiempo Libre, cuyos nombres no recuerdo, poco comunicativos, aunque luego supimos que la chica había ganado varias competiciones de escalada y el chico jugaba al fútbol. Tras la charla  recibimos obsequios (as is issual) como un gran paraguas blanco para cada uno, emblematizado al igual que un gorro azul, también emblematizado y un bolígrafo de Villanueva del Trabuco. 

Trifinio
 

2ª JORNADA 

No recuerdo bien si antes o después de la suculenta y apetecible cena, se procedió al montaje de mi scooter, que había venido descuartizado en dos coches, y que -a la mañana siguiente- estuvo listo en la furgoneta que nos conduciría a los del Grupo B (no andarines) a diversos parajes y pueblos como Villanueva de Tapia (para ver su trifinio, un monolito que debe su nombre a que es el punto donde convergen los límites de 3 provincias: Málaga, Granada y Córdoba). El monumento tenía relieves en cada uno de sus lados con motivos de cada una de las provincias. De allí nos trasladamos a Iznájar, donde aparcamos en la parte baja del pueblo, junto a un mirador sobre su embalse (el más grande de Andalucía) y de allí nos encaminamos a la parte alta del pueblo, donde se encuentran sus monumentos. A medio camino, Charo y yo decidimos hacer escala en la terraza de un bar mientras los demás ascendían al centro histórico. Y tan bien apalancados estábamos allí que al final no seguimos sus pasos y los esperamos en la terraza, pero, como el tiempo pasaba y no acababan de bajar, emprendimos el regreso hasta donde habíamos dejado aparcada la furgoneta que nos conducía. Llegaron poco después de nosotros y emprendimos la marcha hacia nuestro siguiente destino: el Bar Loli en Villanueva de Algaidas, donde nos juntaríamos los grupos A y B para compartir la comida. Los del B llegamos mucho antes que los andarines. Allí la terraza estaba repleta de una concentración de cazadores entre la que hubimos de abrirnos paso para acceder al comedor, donde M. Morales había reservado mesa que encontramos dispuesta. Comimos raciones a buen precio y algunos probaron el arroz sobrante encargado por los cazadores. Según el testimonio de quienes lo probaron, estaba para pegar azulejos. Tras postres y cafeses, nos encaminamos hacia la ermita mozárabe y rupestre cercana a La Atalaya. Tenía adjunto un monasterio posterior semiderruido por la desamortización de Mendizábal. El conjunto estaba cercado y cerrado, pero algunos/as audaces lograron penetrar en ambas construcciones, lo cual -por malentendidos- demoró nuestra partida hacia el nacimiento de El Chorro (río Cerezo) al que afortunadamente pudimos llegar con luz solar. Un espectáculo de aguas gracias a las abundantes lluvias invernales. Allí, mientras hablaba con Charo sonreí, ante lo cual ella me preguntó por qué lo hacía; le contesté que era por las cosas tan maravillosas que mis ojos habían visto, como aquello, a lo largo de mi vida, cosa que me recordó a la escena casi final de Blade Runner en la que el replicante, viendo que se acababa su tiempo para el que estaba programado, confiesa al cíber-policía que lo perseguía (Harrison Ford) -entre lágrimas y lluvia, pena y nostalgia- que había visto atardeceres en  Tannhäuser  y otras maravillas de la galaxia o el Universo. Humano, demasiado humano, que decía Nietzsche.

 

 
Nacimiento de El Chorro

Estaba previsto que acudiésemos después a visitar la fuente de los Cien Caños, esta vez repleta de agua, y que no pudimos ver la vez anterior por la sequía. Pero ya era tarde y además recibimos aviso de que aquello estaba colapsado de tráfico por la afluencia de visitantes, hasta el punto de que tuvo que acudir la Guardia Civil para poner orden en el atasco.  Así que volvimos al hotel cuando ya empezaba a anochecer.

Tras la cena cantamos una estrofa de la canción de Albano y Romina Power llamada "Felicidad" en homenaje al 50º aniversario de bodas de nuestros ausentes amigos Esperanza y Joaquín.

 

3ª JORNADA

A la mañana siguiente, y en vista de las previsiones de lluvia, el grupo A decidió no abordar la etapa prevista (20ª) y añadirse al itinerario en coches previsto para el B. En primer lugar nos dirigimos a Loja (lugar de nacimiento de mi abuela materna Carmen). Habíamos quedado en un mirador llamado “de Sylvania” en honor al mítico e inexistente reino creado por los hermanos Marx en su película Sopa de ganso. Desde allí había una buena panorámica de la localidad, su parte alta, antigua, monumental, a la derecha, yun enfrente y abajo, la expansión nueva hacía el río Genil y la vía del ferrocarril. El grupo de cabecera se desgajó y subieron a la parte alta, aunque por poco tiempo, ya que habíamos de visitar la fuente de los Veinte Caños, a medio camino entre el marxista mirador y la parte monumental del pueblo. Pero el tiempo apremiaba pues teníamos una visita guiada a la villa romana de Salar que entre Charo, Juani E. y P. Ortega habían concertado el día anterior. Visita sugerida por la primera en vista de los excelentes mosaicos que nos mostró en fotos. El problema es que solo habíamos podido reservar on line plazas para nueve personas ¡y éramos dieciocho! Así que, con más moral que el Alcoyano, nos presentamos todos en el Centro de Interpretación del yacimiento para hacer presión. Hubo éxito y todos pudimos visitar esta villa y sus magníficos mosaicos, historia y peculiar estructura y que, por su ninfeo, me recordó a la villa romana de El Ruedo (Almedinilla,Córdoba). Allí Charo nos tenía preparada una sorpresa: la asistencia y explicaciones de su amigo José A. González Núñez, autor del libro Guía de la villa romana de Salar y otros volúmenes al respecto, que nos ilustró sobre el programa iconográfico de sus excelentes y extensos mosaicos.  Al salir volvimos a los coches para dirigirnos al restaurante donde teníamos concertada la comida, llamado Morana y ubicado en Cuevas de San Marcos.  De primero tomamos un abundante plato de arroz que -afortunadamente- no tenía nada que ver con el del día anterior. Luego vinieron platos de diversas raciones (lomo, calamares, boquerones…) a compartir entre cada cuatro comensales. Naturalmente sobró comida y entraron en funcionamiento los tuppers. Teniendo en cuenta esta experiencia y la del día anterior, llegué a la conclusión de que esta zona no es la más adecuada para comer pescado, a pesar de su cercanía al mar. 

                                             Portada del libro Guía de la villa romana de Salar 


Tras los postres despedida general bajo la lluvia que hasta ese momento nos había respetado.

P.D.: Muchas "villanuevas" que supongo fruto del avance cristiano en su expansión hacia el sur.

 

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