5.11.13

Dulce hogar




El lunes 21 octubre acudí al Círculo de la Amistad para asistir a la presentación del libro Dulce Hogar. Fue un acto organizado por al Ateneo de Córdoba para una obra editada por Manolo Patiño; dos motivos más que suficientes para no perderme el acto. Sin embargo, lo que hizo imprescindible mi presencia allí era su autora.

María Teresa Morales fue mi profesora de Lengua y Literatura cuando cursaba 1º o 2º de bachillerato en la antigua “Sección Delegada” del Instituto Séneca (hoy IES Góngora) en la calle Claudio Marcelo. Una profesora de las que dejan huella.

Algo que actualmente puede resultar tan fácil como tener acceso a una obra de la literatura universal, en aquella época no lo era en absoluto. Recuerdo que la única biblioteca pública que había en Córdoba, creo que se llamaba “Biblioteca Provincial”; estaba ubicada en la calle Capitulares, donde hoy se encuentra la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía. Si mi memoria no me traiciona, creo recordar que solo tenía abierta al público una única y escueta sala con una maciza mesa de madera donde no cabían más de doce o catorce lectores. Me parece que los préstamos de libros no existían, o eran poco accesibles para preadolescentes como yo.

En fin, que gracias a María Teresa pude leer Guerra y Paz o Platero y yo, volúmenes que ella me prestó de su biblioteca personal. Y es que, en un chico de 11 o 12 años para el que los libros eran un artículo de lujo en su humilde familia, aquello resultaba un regalo del cielo.

El libro en cuestión recoge en sus 55 páginas una colección de 25 microrrelatos que tienen en común, aparte de su escueta extensión, el tema del hogar al que se refiere el título. Y también lo terrible de las situaciones que narra y  que pueden ser tan cotidianas. La edición artesanal a que nos tiene acostumbrados Depapel cuenta con interesantes ilustraciones que acompañan al texto y que pueden resultar valiosas para reflexionar sobre lo leído.

Espero contar con el permiso de autora y editor para reproducir aquí uno de los microrrelatos más cortos. Se titula "INTERIORES":

“Abrió la puerta y la encontró como otras veces, tirada en el suelo del salón. Estaba descalza y la bata arrugada dejaba ver la mancha blanca de las piernas cruzadas de venillas azules.  El líquido de una botella abierta había oscurecido la mopa a su alrededor.
-¡Muérete, muérete de una puñetera vez! –masculló con rabia, las llaves todavía en la mano.
Entonces ella levantó el rostro hinchado y sucio y arrastrándose con dificultad, se abrazó a sus pies y le besó delicadamente los zapatos.”