4.8.16

Exposición El Bosco: cuidadín, cuidadín!



Llevo 2 días intentado sacar entradas para esta exposición en el Museo del Prado. En Google busco para reservar la visita  y comprar las entradas y lo primero que me sale es una página llamada musement.com  que me dice que la reserva y entradas son a 16'90 € por persona. Les pregunto varias veces los precios especiales para estudiantes y profesores pero me envían tardíamente un email diciendo que ya me contestarán, porque tienen muchos mensajes pendientes.

Entonces me meto en la web del Museo del Prado donde por fin encuentro un teléfono normal (no un 902) en el que me contestan directamente. Me informan que la entrada para gente con Carnet Joven es gratis, igual que para los profesores. Y las reservo sin problemas.

Podría haber titulado esta entrada como “Sinvergüenzas sueltos” o “Sinvergüenzas sin fronteras”. Porque nuestro país sigue siendo eso: un paraíso de sinvergüenzas y pícaros sin remedio. Del rey (emérito) abajo, ninguno. Pero si hubiese puesto alguno de esos títulos a la entrada  no llamaría la atención de las posibles víctimas de esta estafa, que pagarían casi 17 € por entrada individual, cuando existen opciones más baratas que ocultan en la maraña o “Red”.

Mientras estas cosas sigan ocurriendo este país no tiene arreglo. Como el que el presidente de un partido ultracorrupto siga insistiendo en ser presidente cuando la gran mayoría de ciudadanos no le han votado.

Repito “¡País”!, que diría Forges.

1 comentario:

Raquel Morrison dijo...

La exposición del Bosco en el Museo del Prado.
Venden muchas entradas y se produce un apelotonamiento de gente brutal. No había un sitio para sentarte y descansar un rato. La gente mayor preguntaba a los vigilantes por un asiento pues estaban muy cansados.
Deberían haber puesto una copia grande para ver los detalles de muchos cuadros pues con la multitud era imposible acercarte a algunos. Gente que se tiraba quince minutos delante de un cuadro y no les llamaban la atención.
Los folletos que nos dieron con comentarios de los cuadros tenían una letra liliputiense. La instalación de video de la planta de arriba me gustó. Te podías desagobiar de la multitud de abajo.
En todos los museos del mundo dejan hacer fotos menos en el Prado, están anticuados.