He vuelto a leer ese libro que tanto me
gustó allá por el año 1983. Ahora lo he exprimido, anotado y revivido las gratas
sensaciones que me causó entonces.
No es de los más famosos de su autor, Henry Miller, más conocido por obras que en su momento (años ’30) resultaron
escandalosas (Trópico de Cáncer…) Y en gran parte conserva detalles jocosos que
caracterizan su obra. Pero este libro es distinto, luminoso, aunque mantiene el
vitalismo que caracteriza a su autor. No habla del París de Entreguerras, sino
del viaje que hizo a Grecia en 1940, poco después de desencadenarse la II
Guerra Mundial, invitado por su amigo, el también escritor Lawrence Durrell.
Parece que su estancia allí le marcó. Relata
sus experiencias; describe a las gentes y lugares que conoció y que le
conmovieron hasta llegar a sentimientos místicos.
De ninguna manera me gustaría destripar el
libro, porque además no es un libro “destripable”; no es una novela, hay que
leerlo para sentirlo y disfrutarlo. De modo que las citas que reproduzco a
continuación son eso, solo citas que más me han llamado la atención; pura
subjetividad. Están entresacadas de aquí y allá, siguiendo el viaje de Miller, y
las he agrupado por temas. Entre paréntesis hago constar la página del libro en
que se encuentran, teniendo en cuenta que se trata de la edición de Seix
Barral de 1982.
Una de las cosas que hace, sorprendido y
admirado, es resaltar a la gente griega y su cultura, y compararlas con otros
pueblos que el autor conocía.
Los
griegos
-“El griego antiguo era un
asesino: vivía en un mundo de evidencias brutales que atormentaban su espíritu.
Estaba en guerra con todos, incluso consigo mismo. De esta feroz anarquía
salieron las especulaciones metafísicas, bálsamo del alma, que aun hoy día
dominan el pensamiento humano”. (p. 27)
-“El griego es vivo […] el inglés es
linfático […] la jaula de la ardilla didáctica” (125)
-“La
joven griega corriente que se ve en la calle es superior en todos los aspectos
a su colega americana”. (125)
-[Admiré a] ”Las mujeres
griegas que conocí, por lo que había de regio en ellas”. (59)
-“Hembra de
carga”. (127)
-“El tamaño de
un país no se mide por los kilómetros que tenga…” (59)
-“se traga a
EE.UU. y Europa juntos” (59)
-“Cuando el
griego se va de un lugar, deja un vacío. El americano deja atrás de él un
montón de chatarra…” (59)
--“… los peloponesios eran una raza de
constructores cuya evolución espiritual […]. Ni un solo poeta ha salido de esta
raza de constructores de piedra”. Ha producido algunos maravillosos
<>, legisladores y jefes militares”.
(71)
-“Después de los hindúes y los bereberes [los griegos] son los
hombres más apuestos, más nobles y dignos de todos los que he visto”. (131)
-“La gente se abre como flores”. (59)
-“La nota dominante es la alegría”. (141)
-“Griego no miedo”. (144)
-“¿Y que tiene Grecia para gustarle tanto? Luz y pobreza”. (153)
-“La luz es sagrada en Grecia”. (153)
-“En Grecia se tiene siempre una sensación de eternidad”. (221)
-“El griego es un enamorado de la luz”. (234)
-“Grecia se me presenta como el centro del universo”. (236)
-“Grecia me había hecho un ser libre y entero”. (236)
-“En Grecia se tiene la convicción de que el genio, no la mediocridad,
es la norma”. (99)
-“Quiero a estos hombres”. (236)
-“Ellos…me han purificado”. (237)
-“El griego… una lengua para poetas”. (vs. Inglés) (80)
-“Los griegos cultos no leen a sus escritores”. (80)
-“Espiritualmente [Grecia] sigue siendo la madre de las naciones”. (237)
-“Grecia es el hogar de los
dioses”. (265)
Lo francés
-“Levanta vallas”. (40)
-“ami” no contiene el sabor de “friend”. (40)
-“El propietario de mi hotel a
diferencia de todos los hoteleros franceses que he encontrado, solía decirme de
vez en cuando: “¿Necesita dinero?”. (44)
-“En francés… ni sabe dar ni solicitar favores…” (44)
-“En Francia … este nexo entre lo divino y lo humano se ha roto”. (265)
-“No me gustan sus jardines de vallas…” (157)
-“La repudio a ud., a sus vallas…” (164)
Lo inglés
-“
Los ingleses que viven en Grecia -una triste banda- […] son
gente espesa …” (45)
-“Faltos de imaginación y sin flexibilidad”. (45)
-“El [idioma] inglés es demasiado insulso, demasiado prosaico… (de
tenderos). (80)
-Yannopoulos vs. Walt Whitman (80)
Algunos alemanes
También habla mucho de los lugares que
visitó y de su impacto casi siempre positivo, a veces extático:
-Acrópolis ( 53)
-Amaroussion (49)
-Arakona (216)
-Atenas (54)
-Canarsie
(205)
-Cnossos (177)
-Dafni (54)
-Delfos (216)
-Eleusis (54-55)
-Epidauro (91-92)
-Esparta (249)
-Fuente Castalia (219)
-Herakleion (133)
-Hotel Cecile (31)
-Llanura de Tebas (212)
-Montmartre (37)
-Nauplia (89)
-Parnaso (219)
-Trono de Minos (177)
-Tumba de Agamenón (111)
-Vía Sagrada (54)
Y de personajes que conoció allí o a los que
alude porque conectan con alguna sensación del momento (gente del pueblo llano,
poetas, escritores, músicos, artistas…):
Blaise Cendrars (35), Katsimbalis (36, 37 y
40), Sherwood Anderson (42), Karamonaios (50), George Seferiades (56), Anteo (57), Bouboulina (79), Juana de Arco (79), Ambrose Bierce (124), Bombois, Pyronnet, Kane, Sullivan, Virin (p.132), Lautramont, Monk Lewis, Heinrich Georg, Aragon (133), Joe, Fats
y Ella y Louis (p.157), Akhenaton, Moctezuma, Homero, Praxíteles (177), Antinoo
(“el último de los dioses”) (220), Maeterlink (267).
Y por supuesto de lo espiritual, que es lo
que más diferencia a esta obra de la gran mayoría de los libros del autor:
desde referencias al Tao Te King, reflexiones sobre la vida y la muerte o
sensaciones que allí experimentó:
[Se refiere a Epidauro]: “Aquí el curado él
mismo (encuentra) la curación, paso primero y esencial en el desarrollo de un
arte que no es médico, sino religioso […] Los grandes médicos han dicho siempre
que la naturaleza era la gran curadora[…] La naturaleza puede únicamente curar cuando el hombre ha sabido
reconocer el lugar que ocupa en el mundo…” (92)
-“En nuestro mundo el ciego guía al ciego;
y el enfermo pide al enfermo que lo cure…” (92)
-“¡Paz a todos los hombres, digo, y vida
mejor!”. (271)
Tal vez el título aluda a la ciudad de
Amaroussion y lo colosal que puede
llegar a ser el ser humano tras una revelación como la que el autor
experimentase en Grecia.
P.D.: Hilarante y magnífico el episodio del
peculiar Katsimbalis y “Los gallos del Ática” (273)